¿Oyes frecuentemente estos términos: barrera cutánea, barrera de hidratación, manto lipídico?
Los científicos creen que una barrera cutánea comprometida es la causa de la mayoría de enfermedades de la piel, incluido el acné.
Y nosotras, en una carrera incansable por tener la piel perfecta, abusamos de productos de limpieza y exfoliación, produciendo una alteración de la protección de nuestra piel.
¿Quieres saber cómo funciona esta capa protectora?
Nuestra barrera cutánea es la parte más externa de la piel y está formada obviamente por células pero también lípidos, además es permeable,y puede regular que sustancias entran y salen.
Nos protege de las bacterias manteniéndolas fuera y nos mantiene hidratados, impidiendo la salida del agua.
La capa de lípidos de nuestra barrera cutánea es capaz de retener el agua impidiendo que salga, pero si esta barrera está dañada, el agua saldrá rápidamente, y es aquí cuando podemos notar la piel deshidratada.
Además en esta “barrera” encontramos proteínas antimicrobianas que nos protegen de infecciones por virus y hongos y otras que impiden que se desencadene el proceso inflamatorio, ocasionando granitos y rojeces.
¿Te ocurre a veces que te notas la piel deshidratada y además tienes rojeces a las que no encuentras explicación? Puede ser que tu manto lipídico se haya visto afectado.
La importancia del pH de la piel.
El pH de nuestra piel es ligeramente ácido.Ésto es así para proteger a nuestra piel de microoganismos invasores.Si el pH está desequilibrado pueden aparecer bacterias indeseables como P.acnes responsable del acné. Además se ha demostrado que un pH alterado afecta a la capacidad para eliminar células muertas de nuestra piel ocasionando una descamación anormal y dando lugar a una piel apagada sin luminosidad.
Deshidratación, rojeces, acné, células muertas….todo está conectado y el origen es el mismo.
¿Qué podemos hacer para mantener nuestro manto lipídico en condiciones?
Aunque con la edad se debilita y se vuelve más delgado, podemos nutrir la piel con aceites y ceramidas que fortalecen esta capa y mantienen el agua en nuestra piel.
¿Otros consejos? No abusar de la limpieza, de productos exfoliantes y otros productos de cuidado facial demasiado astringentes. Intentar que nuestros limpiadores sean lo mas respetuosos posibles con nuestra piel y que el pH no sea demasiado alcalino.
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